Vicente Aleixandre afirmó en una carta dirigida a mi padre que En medio de las olas constituía una blanca oda a Cádiz. No hay mejor piropo para resumir esta oda marítima y luminosa. Pasión Vega recitó de modo extraordinario este largo poema en el documental homónimo que Pepe Freire dirigió en 2009. Producir y escribir este documental quedará siempre como una de las mayores satisfacciones personales de mi vida. Recuperamos la voz lírica de mi padre, su labor titánica en tiempos difíciles, en el yermo cultural de la posguerra, más yermo todavía si imaginamos aquel Cádiz que había sufrido la tristemente célebre explosión de 1947.
Importa poco que los gestores políticos de la ciudad de Cádiz sigan ignorando el legado de José Manuel García Gómez, que Ignacio Moreno Aparicio y el Ateneo Científico, Literario y Artístico hayan sido incapaces de rendirle homenaje alguno, que nadie se acuerde que el Arco de la Rosa sigue en pie gracias a la defensa que de él hizo José Manuel García Gómez, cosa que contó y por escrito Fernando Quiñones. No duelen estos olvidos ni alguna que otra infamia, porque mi padre vivirá siempre en la voz de Pasión Vega o en la de Serrat o en la de Joan Margarit que han recitado sus versos. Vive también en la voz flamenca de Carmen de la Jara o en la guitarra soñadora de Fernando Lobo. Pepe Freire y yo construimos un documental a su memoria que habla por sí solo, que dibuja el amor a la cultura de un hombre entregado por entero a su ciudad. La voz de mi mujer Carmen Paúl servía de hilo conductor a este sueño que hicimos realidad y que presentamos en el Festival de Alcances.